El azúcar es más dañino de lo que crees

Tradicionalmente se relacionaban patologías como el infarto con la grasa, pero hoy se sabe que también están muy vinculadas al […]

Tradicionalmente se relacionaban patologías como el infarto con la grasa, pero hoy se sabe que también están muy vinculadas al azúcar

Julio Lorca, director de Desarrollo Digital en DKV Salud, expresó que las consecuencias del consumo continuado de alimentos ricos en azúcar añadido y otros ingredientes poco saludables son muy malos para la salud.

“Pero el problema es mucho más complejo de lo que pueda parecer a simple vista. La raíz está, al menos en parte, en que somos una sociedad agrícola desde hace entre 10 y 7 mil años y una sociedad industrial hace 200-300 años”, expresó.

Agregó que “en el primer periodo se produjo una manipulación de los productos para que duraran más, mientras que en el último se incorporó el procesamiento industrial de nuevas sustancias”.

La cuestión es, según Lorca, “que no ha dado tiempo biológico a que nuestro cerebro se adapte a esas nuevas formas de alimentación”.

Te puede interesar: ¿Qué fármacos producen deshidratación?

De acuerdo con sus declaraciones, el cerebro humano sigue siendo el de “un cazador-recolector”, que está diseñado para hacer gran cantidad de actividad física y para conseguir alimentos en escasez.

“Con esa premisa, si pasamos a una situación de sedentarismo y de abundancia de alimentos, lo que estamos haciendo es sobrealimentar un organismo que no gasta”, advirtió.

Por ello, indicó que la epidemia de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular “tiene una tremenda vinculación con la sobrealimentación que está estimulada con los ultraprocesados”.

Obesidad y enfermedad cardiovascular gracias al azúcar

Por su parte, Carlos Ríos, nutricionista y creador del movimiento #RealFooding, explicó que una de las consecuencias más palpables y visibles es “el aumento de la grasa corporal de la población”.

“El sobrepeso y la obesidad están creciendo exponencialmente en los países cuyo sistema alimentario ha ido aumentando el porcentaje de ultraprocesados”, sostuvo.

Añadió que “el aumento del peso no lo explica todo y, aparte del aumento de calorías, los propios ingredientes inciden en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares que están muy relacionadas con el azúcar”.

El especialista recordó que tradicionalmente se relacionaban patologías como el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares con la grasa, pero hoy se sabe que también están muy vinculadas al azúcar.

“El azúcar produce un pico de glucosa que, de forma repetida y a largo plazo, va a desestabilizar o empeorar nuestros vasos sanguíneos”, ilustró Ríos.

El empeoramiento “de la primera capa de nuestros vasos sanguíneos es el inicio de la acumulación de la placa de ateroma”, continuó.

Diabetes tipo 2 y cáncer

La diabetes tipo 2 también está muy relacionada con el consumo de azúcar, especialmente, según Ríos, “con el azúcar líquido”.

“Lo que sucede es que las bebidas azucaradas no causan saciedad, lo que lleva a muchas personas a beber grandes candidades de ellas”, resaltó.

Dijo además que “esa ingesta excesiva conduce a un aumento súbito del nivel de glucosa en sangre que el cuerpo tiene que compensar con una mayor secreción de insulina, lo que desemboca en el deterioro de los mecanismos fisiológicos que se encargan de mantener unos niveles adecuados de glucosa”.

El sedentarismo como agravante

Luján Soler, decana del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, apuntó que los efectos para la salud del exceso de azúcar y de productos ultraprocesados responden a una suma de factores.

“No solo influye el azúcar, sino también otros ingredientes. Además, si solo tomamos esos productos, no consumimos otros más saludables. Y, finalmente, hay que añadir la inactividad física”, recalcó.


31 octubre, 2019

Tradicionalmente se relacionaban patologías como el infarto con la grasa, pero hoy se sabe que también están muy vinculadas al azúcar

Julio Lorca, director de Desarrollo Digital en DKV Salud, expresó que las consecuencias del consumo continuado de alimentos ricos en azúcar añadido y otros ingredientes poco saludables son muy malos para la salud.

“Pero el problema es mucho más complejo de lo que pueda parecer a simple vista. La raíz está, al menos en parte, en que somos una sociedad agrícola desde hace entre 10 y 7 mil años y una sociedad industrial hace 200-300 años”, expresó.

Agregó que “en el primer periodo se produjo una manipulación de los productos para que duraran más, mientras que en el último se incorporó el procesamiento industrial de nuevas sustancias”.

La cuestión es, según Lorca, “que no ha dado tiempo biológico a que nuestro cerebro se adapte a esas nuevas formas de alimentación”.

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De acuerdo con sus declaraciones, el cerebro humano sigue siendo el de “un cazador-recolector”, que está diseñado para hacer gran cantidad de actividad física y para conseguir alimentos en escasez.

“Con esa premisa, si pasamos a una situación de sedentarismo y de abundancia de alimentos, lo que estamos haciendo es sobrealimentar un organismo que no gasta”, advirtió.

Por ello, indicó que la epidemia de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular “tiene una tremenda vinculación con la sobrealimentación que está estimulada con los ultraprocesados”.

Obesidad y enfermedad cardiovascular gracias al azúcar

Por su parte, Carlos Ríos, nutricionista y creador del movimiento #RealFooding, explicó que una de las consecuencias más palpables y visibles es “el aumento de la grasa corporal de la población”.

“El sobrepeso y la obesidad están creciendo exponencialmente en los países cuyo sistema alimentario ha ido aumentando el porcentaje de ultraprocesados”, sostuvo.

Añadió que “el aumento del peso no lo explica todo y, aparte del aumento de calorías, los propios ingredientes inciden en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares que están muy relacionadas con el azúcar”.

El especialista recordó que tradicionalmente se relacionaban patologías como el infarto de miocardio o los accidentes cerebrovasculares con la grasa, pero hoy se sabe que también están muy vinculadas al azúcar.

“El azúcar produce un pico de glucosa que, de forma repetida y a largo plazo, va a desestabilizar o empeorar nuestros vasos sanguíneos”, ilustró Ríos.

El empeoramiento “de la primera capa de nuestros vasos sanguíneos es el inicio de la acumulación de la placa de ateroma”, continuó.

Diabetes tipo 2 y cáncer

La diabetes tipo 2 también está muy relacionada con el consumo de azúcar, especialmente, según Ríos, “con el azúcar líquido”.

“Lo que sucede es que las bebidas azucaradas no causan saciedad, lo que lleva a muchas personas a beber grandes candidades de ellas”, resaltó.

Dijo además que “esa ingesta excesiva conduce a un aumento súbito del nivel de glucosa en sangre que el cuerpo tiene que compensar con una mayor secreción de insulina, lo que desemboca en el deterioro de los mecanismos fisiológicos que se encargan de mantener unos niveles adecuados de glucosa”.

El sedentarismo como agravante

Luján Soler, decana del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid, apuntó que los efectos para la salud del exceso de azúcar y de productos ultraprocesados responden a una suma de factores.

“No solo influye el azúcar, sino también otros ingredientes. Además, si solo tomamos esos productos, no consumimos otros más saludables. Y, finalmente, hay que añadir la inactividad física”, recalcó.




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